La almeja de cultivo promete convertirse en alternativa para los ostioneros

  • Después de un largo trabajo para optimizar las tecnologías de cultivo, la almeja endémica (Ameghinomya antiqua, ex Venus) se perfila como alternativa para el cultivo de moluscos.
  • Millones de semillas producidas en el Centro Acuícola Tongoy (CAT) de Fundación Chile – AquaPacífico podrían contribuir a diversificar industrias hoy basadas en monocultivos del ostión, en el norte, y del mejillón, en el sur de Chile.

Originalmente destinada a programas de repoblamiento en las costas australes, la almeja oriunda de Valdivia (Ameghinomya antiqua, ex Venus) partió a la Región de Coquimbo con la promesa de transformarse en alternativa para los cultivadores de ostión, tanto como se espera que lo sea para los mitilicultores de la zona austral. Esto luego del trabajo realizado por el Centro Acuícola Tongoy (CAT) de Fundación Chile (FCh) para producir larvas y optimizar las tecnologías de cultivo.

Los buenos resultados de la especie en las aguas del norte chico fueron factor clave para decidir el traslado, según señala Daniel Arriagada, director del proyecto en FCh: “Los primeros trabajos que se hicieron con la almeja se iniciaron con el apoyo de Corfo en la Región de Los Lagos, en el Centro Acuícola Quillaipe de FCh, enfocados en producir semillas principalmente para su repoblamiento. Sin embargo, durante el desarrollo del proyecto se comprobaron los atributos de este recurso, como el hecho de que no requiere sustrato (arena) para su cultivo, por lo que se adapta a los sistemas de acuicultura suspendida”.

Además, según Arriagada, al llevar esta especie de almeja al norte, “los resultados comparativamente fueron muy buenos, con tasas de crecimiento que en algunos casos duplicaron a los obtenidos en el sur, lo que se explica principalmente por la diferencia de temperatura del agua de mar entre ambas zonas de Chile”.

Carolina Oliú, gerente de negocios del Centro de Innovación Acuícola AquaPacífico, sostiene que la almeja de cultivo es una alternativa productiva de alta conveniencia para los ostioneros, “ya que permite la utilización de infraestructura ociosa, como linternas y long-line; les ayuda a enfrentar episodios críticos, como los que han tenido de disminución de captaciones y grandes mortalidades, y todo ello con un impacto socio-económico positivo”. 

“Esta es una gran oportunidad de agregar una nueva especie a la canasta acuícola”, resalta Axel Klimpel, director ejecutivo de AquaPacífico, enfatizando que “genera una variedad de productos de acuicultura para las caletas, fortaleciendo la economía local y a la vez disminuyendo la presión sobre los bancos naturales de la almeja”.

Innovación con “Baby clams”

A partir de 2017, se iniciaron en el CAT las actividades para el cultivo de la almeja, partiendo por el estudio de las especies silvestres de la Región de Coquimbo. Luego vino el abastecimiento de ejemplares de A. antiqua para reproducción en hatchery, los que fueron trasladados desde Valdivia; prosiguiendo con el acondicionamiento de esos reproductores, el desarrollo de la tecnología de cultivo de larvas y post larvas, para pasar finalmente a la engorda en sistemas suspendidos en mar, llevados a cabo en el centro de mar de la empresa Cultivos Marinos Tongoy, en la Bahía de Tongoy.

La etapa de escalamiento se enfrentará en conjunto con AquaPacífico, proyectando la engorda de millones de semillas de almeja provenientes de hatchery, las que serán cultivadas en sistemas suspendidos. Para alcanzar esta meta, se está invitando a pequeños cultivadores y empresas de la industria acuícola que quieran diversificar su producción, considerando que los vaivenes de los recursos propician la búsqueda de una alternativa.

“En paralelo, se trabaja en el desarrollo de productos con valor agregado para mejorar la comercialización del recurso, donde se contará con el apoyo del CeTA (Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria). Pensamos, por ejemplo, en producir Baby clams, pequeñas almejas que tienen variados usos en gastronomía, en preparaciones como sopas y paellas”, destaca Daniel Arriagada, explicando que se trata de un producto que -al ser de acuicultura- no tiene las restricciones de la pesca, donde se pide una talla superior para la extracción, a lo que se suma “la conveniencia de un menor tiempo de cultivo”.